EL DISENSO NECESARIO
En los últimos 30 años, en España, se ha usado y abusado de la palabra consenso. Es la muletilla constante de quien no quiere críticas y responsabilidad por sus acciones. Éste es necesario para fijar un marco, un camino, unas reglas comunes, nada más. No podemos olvidar que en nuestro rico idioma existe una palabra antónima (opuesta). Es disenso: acto de disentir, manifestar un desacuerdo. El Gobierno, el Parlamento, no pueden quedar libres de afrontar la crítica, la discrepancia. Un acuerdo injusto sigue siendolo aunque sea ratificado por una inmensa mayoría. La bondad o la oportunidad de una causa no puede depender únicamente del grado de apoyo que tenga. Los ciudadanos que vean lesionados sus derechos o rechazadas sus legítimas demandas, deben tener la oportunidad de manifestar su disconformidad y ser atendidos en justicia. En una sociedad libre, hay derechos que respetar, intereses legítimos que atender. El Gobierno tiene que tener, como primer objetivo, servir el interés común. Sus prioridades deben ser las de atender las necesidades primarias de quienes le apoyan y de los que no. No puede ser víctima de prejuicios políticos que le dejen sin capacidad de acción. Los ciudadanos, además de depositar su papeleta en las urnas en cada proceso electoral, expresan sus demandas diariamente y deben ser escuchados. La libertad es algo muy delicado y frágil que necesita muchos cuidados.
Jesús María Uriz
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