domingo, 6 de enero de 2013

FESTIVIDAD DE LOS REYES MAGOS

Cada 6 de enero, fiesta litúrgica de la Epifanía, recordamos la adoración del Niño Jesús por unos seres misteriosos a quienes con el tiempo hemos dado la condición de magos y reyes. En el evangelio, San Mateo cuenta que, por aquellos días, llegaron a Jerusalén desde Oriente unos magos en busca del Rey de los judíos, que había nacido. Seguían una estrella que los iba guiando. Herodes se turbó y toda Jerusalén con él. Hizo averiguaciones y le dijeron que el profeta había anunciado que el nacimiento sería en Belén de Judea. Herodes logró que los magos le comunicaran en secreto cuando había aparecido la estrella. Los mandó hacia Belén, tras pedirles que a la vuelta le informaran con detalle para que él fuera tambíén a adorarle. Sin duda, muy malas intenciones tenía aquel malvado en su duro corazón. Cuando continuaron su camino volvió a aparecer la estrella que les guió hasta donde estaba el niño. Al entrar en la casa lo vieron con su madre y postrándose le adoraron. Realmente no sabemos cuantos eran aunque tres regalos dejaron: Oro, reconociendo al nacido como Rey, incienso, como Dios, mirra, un aroma por su condición humana. A la vuelta, avisados en sueños de las malas intenciones de Herodes volvieron a sus tierras por otros caminos. Veinte siglos después, ¿cuál es el sigificado para nosotros de esta verídica historia? Quizá hemos dado demasiada importancia a los regalos que los niños, con gran ilusión, esperan encontrar por la mañana. Vistosas cabalgatas recorren las calles de nuestras ciudades con los reyes y sus vistosas comitivas para regocijo de niños y mayores. No podemos olvidar lo fundamental. Aquel niño, tan pequeño y vulnerable es Dios hecho hombre que nos trae un mensaje de amor, justicia y verdad a toda la humanidad sin distinción de credos, ni razas. Todos nos podemos sentir representados por aquellos magos, posiblemente astrólogos interesados por el estudio de los astros, procedentes de Persia. No es esto lo importante. Lo fundamental es que todos sepamos encontrar el verdadero significado de una historia que veinte siglos después tiene plena actualidad.

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