sábado, 23 de noviembre de 2013

DEMOCRACIA SIN DEMOCRATAS

Si hay una palabra en tantos idiomas de la que se usa y abusa en tantos idiomas ésta es democracia. De esta manera, ha perdido su significado original hasta convertirse en un baile de máscaras donde los intereses reales de unos y otros permanecen ocultos. Cuando a esta palabra se le añade un calificativo como real, orgánica, popular, representativa, pierde todo su significado y corremos el riesgo de recoger mercancía averiada. Democracia significa ejercer derechos y cumplir nuestros compromisos adquiridos. Ciertamente, en honor a la verdad, tenemos que reconocer que el demócrata es una especie que escasea. Creo que ni el mismo Diógenes con su lámpara sería capaz de encontrar alguno. Ganar una votación o conseguir más apoyos no convierte el mal en bien, ni la mentira en verdad. Las aspiraciones personales o de grupo deben convivir de manera armónica con el interés común. No podemos confundir consenso con acuerdo en los temas puntuales de cada día donde puede producirse un necesario y saludable disenso o desacuerdo porque ni todos pensamos lo mismo ni los temas suscitados pueden tener una única solución. Quede el consenso para los temas fundamentales como un camino que hemos elegido para recorrer. Cuando vemos a quien piensa de manera distinta como un enemigo al que hacer callar por medios lícitos o ilícitos, perdemos una gran oportunidad de conocer y conocernos un poco más. Cuando los partidos políticos dejan de ser el cauce de participación de los ciudadanos en los asuntos públicos o en el logro de sus legítimas aspiraciones, se quiebra la confianza en las instituciones. La política lo invade todo y asistimos a un lamentable reparto de poder donde estériles enfrentamientos hacen que el ciudadano sea víctima inocente de algo que no le debe ser ajeno. Que haya partidos políticos y elecciones, de vez en cuando, no significa que haya democracia si no hay una clara separación de poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Debemos tener un cauce para expresar nuestras legítimas aspiraciones sin ser secuestrados por partidos políticos y sindicatos. Es necesario.

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