lunes, 25 de diciembre de 2017

SALVAD LA NAVIDAD

   Cuando esta mañana, una vez finalizada mi oración matinal, me disponía a comenzar mis tareas cotidianas me detuve un momento para escuchar el silencio. Con las primeras luces del amanecer, en Belén de Judá una jovencita llamada María, Miriam en hebreo, está dando a luz su primer hijo. Le pondrán por nombre Jesús, como le había anunciado el ángel. El parto había sido largo para una madre primeriza en la santa madrugada. El bebé era sano y robusto. Había sido un gran milagro. Dios nos había enviado a su hijo, nacido de mujer. No nacía en un gran palacio el Rey de los Cielos. Por el encadenamiento de una serie de circunstancias providenciales nace en un establo, es colocado en  un  pesebre y unos animales le dan su calor y protección. El emperador romano Augusto había dictado un decreto para conocer la población de su imperio y cada uno de los habitantes debía empadronarse en su ciudad de origen. Así José, descendiente y de la Casa de David debía acudir a Belén. Al llegar por la mañana a aquel pequeño pueblo numerosas personas se encontraban allí para cumplir el edicto. Una vez empadronados, María y José trataron durante todo el día de encontrar alojamiento sin conseguirlo. Al caer la tarde, dada la inminencia del parto, el posadero tuvo compasión y les ofreció un lugar en el establo. Con las primeras luces del día nace el Hijo de Dios. Alegraos, que nace el Señor. Esta alegría no puede ser una impostura ni forzada. No es obligatorio estar alegres. Lo más importante es  conocer lo que realmente estamos celebrando y compartir nuestra fe y nuestra esperanza. Aquel niño nos trae un mensaje de paz, de concordia, de amor. Recuperemos el verdadero sentido y significado de la Navidad. A todos mis amigos y lectores deseo sinceramente una feliz Navidad.

1 comentario:

Ana Maria Julio dijo...

¡Saludos!
Soy la señora Ana Maria Julio, nacida en noviembre de 1952 en Alicante, propietaria de una empresa comercial, actualmente en cuidados intensivos por enfermedad.
Perdí a mi marido, con el que no tuve la oportunidad de tener un hijo, durante la crisis de Covid-19.
Tengo un tumor cerebral y, según los exámenes médicos, esta enfermedad acabará con mi supervivencia.
Mi padre religioso y guía espiritual me recomienda regalar mi herencia para obtener el favor divino.
Me gustaría donar la suma de 332.000 euros para cuidar mi herencia y adoptar a mi cariñosa gatita Mila en una familia.
Esperando que mi nota le sea útil, y esperando su respuesta, escríbame a mi dirección de correo electrónico que figura más abajo para mantener una conversación franca y honesta con el fin de saber más sobre esta donación.
anamariajulio38@gmail.com
Gracias.